sábado, 8 de febrero de 2014

TE ODIAN EN TODAS LAS COLAS, NICOLÁS

…Y A LO MEJOR NO LO MERECES.  Pero sucede. No hay fila en la que no se te desee mal: supermercados, farmacias, paradas de autobús, de pasajeros aéreos, de usuarios bancarios, de espera irritante por algún servicio incompetente, de hospitales y aspirantes a subsidio. Todas  rezuman odio. Y el odiado eres tu, Presidente; e insisto: quizá no sea tu culpa pero sí de quienes te asesoran y ciertamente de más de un ideólogo encapsulado en su resentimiento histórico. Pero cuando te oigo hablar, Nicolás, pienso que en buena parte te lo buscas. Por ejemplo: ¿quién fue el "amigo" que te redactó el último discurso de presentación de cuenta ante la Asamblea Nacional? ¡Bótalo! No le hables más. No le dirijas más la palabra. Tampoco permitas que Ramírez repita lo de "pa' eso somos Gobierno", ni que Giordani te oriente;  y pídele cifras claras a Rodríguez Torres, y a Arreaza que no menee la cabeza en asentimiento cuando dices algo. Exígeles que sean serios y que Jorge Rodríguez borre de su cara esa sonrisa de malo, que así no era su papá. 

Pero bueno, Nicolás, modera tus expresiones, que para ser revolucionario no se necesita ser mal educado. Y no digas más mentiras, porque vas a pasar a la Historia como un payaso de pié de página. Si quieres hacerme caso, hazlo; si no, seguiré oyendo como te insultan en las colas, lo que no me complace. ¡Allá tu!  Y aquí yo. Por cierto, no soy tu enemigo ni pretendo ser tu amigo. Pero créeme, tampoco quisiera yo sumar a las ofensas que te endilgan. Con que cambies será suficiente, y con que te des cuenta de la gran oportunidad que te brindó la Vida para hacer bien.  

1 comentario:

Maribel dijo...

Profecolega; digno de Usted.