sábado, 22 de febrero de 2014

VENEZUELA ESTÁ HOY, COMO QUIEN NO QUIERE QUE AMANEZCA

Está así como dando vueltas en la cama y tapándose con la otra almohada. Me levanté al baño para una micción urgente y vi que el Sol no quiere salir. Está como haciéndose el bobo, como si la cosa no es con el, como quien duda en ir a trabajar y quiere prolongar la noche sin entrar en madrugada. ¿Qué le pasa a Venezuela hoy? ¿Qué le pasa al Sol? ¿Qué me pasa a mi? No se, pero no oigo ni perros ladrando.

Adelanto como hipótesis que Venezuela está agotada. No tiene medios, ni tiene miedo, ni tiene medio; pero tampoco tiene ganas. Está como sobre entrenada, como que sin vitaminas, como que si fuera culpable de todo sin serlo de nada. Venezuela está quebrantada  y aún no tiene diagnóstico. Pero no hay Médico que la vea  porque tampoco se sienten bien y sus Psicólogos  están deprimidos. Por ello todos hemos estado pidiendo auxilio, ¿ven? Pero entiendan: no queremos "Marines" que nos invadan ni  "Avispas Negras" que nos rescaten. Aunque los más radicales se debaten entre el "Yankees Go Home" y el "Yankees Come Home", la mayoría queremos  resolver el asunto en casa. ¿Y entonces cómo puede el Mundo ayudarnos? Entendiendo que estamos locos, que perdimos el equilibrio; es decir, que somos seres humanos, que  la chaveta se nos desconectó como  al resto del planeta  incluyendo a ustedes. Pero aún nos queda Dios, claro.  ¡Es fabuloso que nos quede Dios! El único problema es que El tiene su tiempo y nosotros ya no tenemos ninguno. Se nos agotó. Lo desperdiciamos como hemos hecho con el petróleo, recurso que sirve  para que otros se desarrollen y nosotros no.

¿Qué hacer?… ¡Caramba!... ¿No les estoy diciendo que no queremos levantarnos? ¡No queremos hacer nada! No queremos que amanezca. Eso sí, no nos olviden. Vengan sin venir y aconséjennos sin hacerlo.  Acompáñennos, pero no nos hagan como aquellos a quienes invitamos a compartir la vida para después advertir que su  egoísmo solo produce soledades. No nos dejen solos, pero tampoco vengan a hacernos mala compañía. Y les advierto: si el viernes de ayer se enlaza con el sábado de hoy y se alarga en domingo de mañana, el lunes será complicado. ¿Cómo va a querer que amanezca un país que se sienta así? Pero ¡cónchale! ¿Saben qué? Ya amaneció. Lo que no sabemos es para qué.


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