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jueves, 5 de marzo de 2015
LUISA "LA PAÑALERA"
Comenzó de una manera fortuita su labor social. Una vez tuvo que hacer fila para comprar pañales para su bebé y Luisa se dio cuenta de cosas interesantes. Una de ellas fue que en la fila madrugadora no todos tenían bebé, pero de beber si tenían; algunas "carteritas" circulaban. Claro: ¡hacía frío! Luisa volvió a su casa con el cargamento y otras madres le preguntaron cómo había hecho. Luisa, que es reservada, no dijo mucho pero en la cabeza se le encendió un bombillo. "¿Y si le ofrezco a éstas conseguirles pañales y les cobro un módico recargo, y además llevo de aquí algunas botellitas de aguardiente para vender en la cola?" Y fue al siguiente día otra vez a hacer cola, Luisa la buen vecina, Luisa la proveedora. A la vista de lo que ya era su mercancía, sus amigas al verla de nuevo cargada se apiñaron y Luisa consiguió buenas propinas. "Epa, Luisa"- se dijo- "aquí hay doble negocio: pañales para críos y caña para friolentos". Así comenzó su carrera esta vecina que vive al final de la escalera número tres de su barrio. Lo demás fue desarrollo y viveza criolla socialista, porque Luisa es "chavista", sépanlo, de las que aún no sueltan al difunto ni a su legado. Lo demás fue coser y cantar. Con sus primeras ganancias se compró un celular para recibir llamadas de sus cooperantes: almaceneros, guardias de seguridad, encargados de anaqueles, cajeras, en fin, cualquier avispado que estuviera alerta, pasara el dato y necesitara real. Así fue Luisa ampliando su labor social, pues reclutó a "hacedores de colas", motorizados, encargados de supermercados y qué sé yo. A todos tiene que darles algo, por supuesto, pero no importa porque ese costo lo carga a sus beneficiados. Luisa dedica casi todo el tiempo a ese quehacer, excepto cuando tiene que ir a alguna concentración para protestar contra el Capitalismo y sus prácticas, contra la oligarquía mercantilista y expoliadora. El único inconveniente que tiene ahorita es el de una fulana que vive en otro barrio y viene al suyo a ofrecer pañales más baratos. "¡Pero esa tuerta ya verá! Voy a echarle encima a los colectivos de la zona para que respete. A esa oligarca zafia, que quiere competir conmigo no le voy a dar cuartel; Claro, para eso es que quieren el libre mercado: para joder a gente como yo". El otro asunto es que los pañales suben de precio cada vez más, pero para eso Luisa ajusta continuamente los suyos. Es que esos comerciantes son muy codiciosos y cada vez que sube el salario mínimo ellos se aprovechan. Pero bueno, Luisa "la pañalera" también incrementa los de ella y recupera lo que le suben y un poquito más. Lo que sí está pensando es en vender para Colombia, pues el cambio la favorece. No va a intentar los contactos hoy porque tiene que ir a una concentración que convocaron contra las transnacionales, pero mañana, después que compre unos dólares que revenderá a otras amigas, hablará con la colombiana que trabaja en Manzanares. De repente se entusiasma. Por supuesto, lo que ha logrado hacer Luisa solo es posible en Socialismo; por ello es devota del comandante Chávez y de su heredero: el del legado. Por cierto, ojalá que Maduro no aumente todavía la gasolina, porque entonces los motorizados van a querer más dinero. Pero bueno, no importa, ya Luisa la Socialista se adelantó al asunto y subió un poquito el precio a su mercancía para curarse en salud. Duerme bien por las noches Luisa, porque se siente en Paz por ayudar a tantos; ya se ocupará pronto de otros rubros, pues este año 2.015 debe ser excelente por tanta escasez que habrá. Ella ya no hace las colas, porque para eso tiene a sus coleros; la que sí continúa haciendo personalmente es la de las remesas para su gente, porque Luisa "la pañalera" es ecuatoriana. ¡Chávez vive! ¡La vaina sigue!
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